En el mes de noviembre tuve el honor de hacer mi primera charla de TED X Sandy Spring Woman, El español como lengua afectiva. Fue una experiencia inolvidable y mucho lo aprendido. Este evento fue organizado por mi querida amiga Ledif Torres, quien es fiel practicante de la sororidad y tiene una energía increible que en fusión con su creatividad es capaz de crear eventos y sinergias maravillosas. Las plataforma de TED te premite escuchar ideas provocadoras y desarrollar nuevas maneras de pensar y promover cambios positivos en diversas áreas. El formato TED X permite que este tipo de charlas sean posibles en todas partes del mundo, con la ayuda de promotores independientes, como mi amiga Ledif, que son avalados por TED para poder llevar a cabo dicho evento.
Quiero compartir contigo, amigo lector la charla completa, pues lo que se grabó resume en esencia el texto que leerás a continuación. Espero que lo disfrutes.
El Español como lengua afectiva
Imagínate por un momento que te despiertas y ya no sabes hablar español.
¿Qué sentirías?
Yo sentiría que se me va el mundo, que ya no soy yo, que me borraron gran parte de mi historia, mi identidad, mi cultura. Yo sentiría un vacío muy grande. Que me borraron mis recuerdos. Porque sin hablar español, cómo te puedo explicar qué es una batea donde alguna vez me bañaron cuando era pequeña, aún recuerdo el agua del chorro y la cara de felicidad de mi mamá mientras me bañaba; cómo te digo que las arepas son la cosa más divina que te puedas comer en el mundo y que sus rellenos tienen unos nombres divertidísimos que cuentan quiénes somos los venezolanos; cómo decirte lo emocionante que es que te despierten con Las mañanitas el día de tu cumpleaños.
O cómo explicarte que las palabras mimoseo y pachacha, —que no están incluidas en la Real Academia Española, pero vienen de la palabra mimos y pachanga—, para nosotros quieren decir cariños y fiesta, abrazos y cosquillas en familia, son palabras imprescindibles para fluir en armonía en nuestra rutina diaria. ¿Cómo te le podría explicar? No sería posible, porque el español para mí es mucho más que un idioma que hablo, escribo y leo, no es un mero sistema de comunicación verbal y escrito. El español para mí es mi vida, es como yo fluyo, es la forma como nos queremos en casa. Y yo hoy vengo a hablarles de eso, del español como lengua afectiva.
Latinos que no hablan español
Cuando me mudé a los EEUU, descubrí que la comunidad latina es inmensa. Cada vez somos más la cantidad de familias latinas que nos venimos a este hermoso país en busca de nuevas oportunidades de vida. Pero también cada vez es más grande la cantidad de familias latinas que decide no enseñar español en casa, y por el contrario sí enseñar inglés. Hay un gran número de latinos que NO habla español. Tal y cómo lo escuchan, y sí, aquí hay una gran disyuntiva de si para ser latino debes hablar español o no.
Viendo un documental de jóvenes latinos que no hablan español, me conmoví mucho al ver a un joven decir que él era un latino que no hablaba español, y que le hubiese encantado que sus padres se lo hubiesen enseñado. Pero sus padres no supieron cómo hacerlo.
Al pensar en esos jóvenes, no pude evitar pensar en los míos, y en lo triste que sería para mí que ellos no supiesen hablar mi amada lengua. Entonces me propuse hacer algo para cambiar esa realidad. Fue así como comencé a diseñar Clases Listas de Español para aquellos niños, jóvenes y adultos que no conocen el idioma; además cree mi blog Ximenaconx para compartir cómo el aprender español en casa puede ser muy sencillo cuando haces del español tu lengua afectiva.
Ser bilingüe
Mi familia es una familia bilingüe, se hablan y se aprenden tres idiomas. Somos multiculturales y, en nuestro caso, el idioma afectivo es el español. Para hacer del español tu lengua afectiva, no tienes que dejar de hablar otros idiomas. El ser bilingüe por el contrario es maravilloso, te permite descubrir otras culturas y formas de pensar, te da flexibilidad en la toma de decisiones. Como bien dicen los expertos, tu cerebro hace mucho más ejercicio que cuando eres monolingüe, y eso es lo que te da la flexibilidad de pensamiento. Así que apartemos ese mito de que aprender varios idiomas es malo.
¿Cómo enseñar español en casa?
Francisco Mora en su libro Neuroeducación nos dice que las emociones son el motor del cerebro. Para aprender algo tenemos que estar emocionados.
La atención y la memoria están ligadas a las emociones, por eso cuando haces del español tu lengua afectiva lo aprendes con mayor facilidad.
En mi casa el español se habla, se lee, se canta, se baila, se come y se vive a plenitud. Aprender algo que es para ti significativo, con lo que te identificas, que te habla de tu historia y la de tus ancestros, que te conecta con tu cultura y con tus afectos, es mucho más sencillo que aprender algo impuesto y sin motivación. Cuando mis hijos pequeños se caían y se hacían un raspón el “sana sana colita de rana” era más efectivo que cualquier pomada para el dolor.
Yo elijo amar en español
Es mi elección el leerle a mis niños ese cuento para dormir en español, porque recuerdo el amor y placer que sentía cuando papá todas las noches nos leía tres cuentos. Yo elijo cantarles un arrorró o canción de cuna a mi bebé recién nacido; enseñarle “pica pica pollito” o “pon pon dedito pon” porque al hacerlo con amor estoy regalando a mi hijo un recuerdo sensorial ligado al afecto. Le estoy enseñando español a través de mi amor.
En casa nuestra hamaca de Tintorero es un barco, es una nave espacial, es un refugio para leer, y sabemos que las hacen en Venezuela que es donde nacieron mamá y papá, y cuando vienen los amiguitos hay que enseñarles esa maravillosa invención.
Disfruten de sus tradiciones, de las pequeñas cosas de la vida, de una excursión, observen un atardecer y construyan esos recuerdos bonitos hablando español. Frida Khalo dijo “pinto flores para que así no mueran” esa fue su forma de atesorar y preservar para la posteridad algo que ella consideraba hermoso. Eso mismo es el español como lengua afectiva, es el atesorar recuerdos, vivencias bellas que estén estrechamente ligadas a nuestras emociones, es nuestra historia, nuestra cultura, nuestra familia, lo que amamos.
Nuestra labor como padres y docentes
La labor de un padre y de un maestro es la de preparar a los niños para la vida. Eso es la educación, y ¡vaya que es una gran responsabilidad!
Cuando los hijos parten del nido
Si de algo estoy segura, es que el día de mañana, cuando mis hijos partan de casa llevarán en su equipaje algo que no pesa, que no ocupa espacio, y que les aporta un inmenso valor agregado, pero especialmente que es referencia de hogar y de amor; y eso es el español, su lengua afectiva. Estoy segura que adonde vayan no faltaran las ricas arepas para compartir en familia, no faltaran las pachachas y el mimoseo, así como estoy segura que pondrán los zapatos a los Reyes Magos. Y si se enamoran de otros idiomas y los hacen también su lengua afectiva, eso estará bien porque como dice mi querida tía Cissi “Nadie nos quita lo bailado”, el español seguirá allí en su corazón.
El español son 21 culturas que se unen en una voz, es una herramienta poderosa. Y, si al igual que yo, ustedes están enamorados del español y quieren que sus hijos lo aprendan en casa, entonces hagan del español su lengua afectiva.
Hasta la próxima entrada,
Un abrazo,
Ximena con X
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